miércoles, 18 de agosto de 2010

Un año después del acuerdo, Suiza entregó a EEUU la mitad de los datos pedidos a UBS

Ginebra, 18 ago (EFE).- Un año después de que Suiza y EEUU firmaran un acuerdo extrajudicial para que UBS entregase los datos de las cuentas de 4.450 clientes estadounidenses, las autoridades helvéticas ya han transmitido al fisco de Washington más de la mitad de la información requerida.

Los datos de las cuentas en UBS de 2.500 clientes estadounidenses sospechosos de evasión fiscal ya obran en manos de las autoridades de EEUU, a falta de que en una semana venza el plazo previsto en el acuerdo para que reciban el resto.

De las que faltan por llegar, los datos de 950 cuentas se encuentran a punto para el envío, otras 700 siguen bajo examen, y las 300 restantes se hallan en medio de un contencioso judicial en el Tribunal Administrativo Federal de Suiza.

Esta Corte había declarado el pasado 8 de enero que la entrega a las autoridades de EEUU de datos de cuentas bancarias era ilegal, después de que el 19 de agosto del año pasado los gobiernos suizo y estadounidense acordaran esta transferencia de información.

El Tribunal Administrativo Federal helvético estableció que el acuerdo extrajudicial entre Washington y Berna no podía modificar el tratado de doble imposición vigente entre ambos países, que distingue entre evasión y fraude fiscal.

El dictamen redujo el alcance del acuerdo extrajudicial entre EEUU y Suiza, cuyo gobierno se comprometió en ese momento a buscar una solución con el fisco estadounidense, que en virtud de el pacto suscrito había renunciado a acometer medidas unilaterales.

Las actuaciones que podía adoptar para obtener las informaciones hubiesen supuesto una violación del secreto bancario suizo, y podrían haber llegado incluso a retirar a UBS, el primer banco suizo, su permiso de operaciones en territorio estadounidense.

EEUU había emprendido a finales de 2008 una persecución de sus ciudadanos con cuentas escondidas para evadir impuestos, una práctica de la que UBS fue cómplice, según confesaron a la Justicia estadounidense sus propios gestores de fortunas.

Entonces, Washington reaccionó a estos testimonios con la exigencia a UBS de que entregase los datos de 52.000 de sus clientes en EEUU, lo que suponía desafiar al estricto secreto bancario imperante en aquel momento en Suiza.

El gobierno suizo se implicó en el asunto al considerar que el conflicto no sólo concernía al banco, sino que se trataba de una disputa jurídica entre ambos países y que de su resolución dependía en gran medida la estabilidad de la plaza financiera helvética.

Haber dejado que UBS se las arreglase solo con la Justicia de EEUU habría supuesto un dictamen judicial que probablemente hubiera obligado a la entidad a entregar mucha más información de la que finalmente tendrá que desprenderse.

UBS se encontraba antes de la crisis en la lista de los diez establecimientos bancarios más poderosos del planeta y era el primer gestor de fortunas a nivel mundial, pero el cataclismo financiero mundial le puso en una situación cercana a la suspensión de pagos.

El banco pudo escapar de este trance gracias a la ayuda pública de su país, que también se veía obligado a defender a su primera entidad dado que una apatía en el contencioso hubiera reforzado su imagen de paraíso fiscal.

El último episodio de esta trama se vivió el pasado 17 de junio en el Parlamento helvético, donde después de una serie de vaivenes entre las dos cámaras del país se aprobó definitivamente el acuerdo fiscal. Fuente:http://www.google.com/hostednews

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